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Nuclear 13
“Microcosmos” de Clara Lorca
10/06/2016 - 09/09/2016

Milenium Gallery se complace en invitarle al cóctel inaugural de la exposición de Clara Lorca, que tendrá lugar el viernes 10 de junio de 2016 a las 20 horas.
Exposición del 10 de junio al 9 de septiembre de 2016.
Horario: de lunes a viernes de 10.30 a 13.30 y de 17.30 a 21.00 horas. Sábados de 10.30 a 13.30. Sábados tarde y domingos con cita previa.

El proceso creativo significa para mi una eterna e incansable búsqueda, en la que nunca hallaré la respuesta definitiva, el material ideal, el cuadro perfecto. Siento el arte como una forma de expresión personal, una catarsis donde expulso lo que hay en mi interior, canalizándolo a través de la experimentación.
Tanto en pintura como en escultura, suelo tratar temas trascendentales y existenciales, que atañen al ser humano y a la naturaleza. Al abstraerme de la realidad cotidiana, ésta se desvirtúa hasta tal punto que vuelvo a esas preguntas básicas que el hombre se ha cuestionado desde sus comienzos: el porqué de la vida, de dónde venimos, a dónde vamos…
Me llama poderosamente la atención la perfección de la naturaleza. Cómo desde los microorganismos más ínfimos hasta el inabarcable universo, todo está en absoluta armonía, un perfecto caos, del que somos tan sólo una mota de polvo. Polvo de estrellas.
En mi pintura intento plasmar todos estos conceptos, haciendo del cuadro ese perfecto caos. Como un Dios creador, yo dirijo una orquesta de colores, formas y texturas, y doy lugar a un nuevo mundo, en el que, ¿quién sabe si alguien habitará…?
Lo más interesante de mi técnica es que varía en cada cuadro, pues siempre busco algo nuevo, y cuando lo consigo vuelvo a buscar. El soporte sobre el que habitualmente trabajo es el metacrilato. Procedo de la siguiente manera:
Pinto sólo sobre una cara, comenzando por los últimos detalles y acabando por la imprimación (como un proceso inverso). Cuando la obra está finalizada, ésta aparece incrustada tras la superficie transparente, como una ventana a otra dimensión. Los diversos materiales que utilizo para ello conforman la base de esta experimentación.
Hace mucho tiempo que me separé de lo académico para encontrar mi propia forma de expresión. Fui dejando a un lado los pinceles y me apoyé en la química y la física para crear micro-mundos, los cuales sería imposible pintar con un pincel. Simplemente dejo que los materiales actúen e interactúen por sí mismos, igual que lo hacen en la propia naturaleza.

Sobre la exposición “Microcosmos”

A veces no hay un porqué para pintar, simplemente fluyen las ideas, inducidas por un sentimiento invisible, inexplicable.

Te pones delante de un formato transparente y comienza la conexión. Te olvidas de tus preocupaciones mundanas, de la hora que es y de todo lo que existe de puertas para afuera de tu mente. Ahora estás dentro, atrapado en tu microcosmos, perteneces a ese mundo privilegiado donde sólo tú mandas, donde eres libre. Allí se empiezan a despertar estímulos dormidos en forma de gestos y acciones que provocan reacciones, igual que en la vida real. Pues el cuadro no es más que el trascurso de una vida, que muere cuando la pintura se para, y lo que queda, es lo que queda, lo vivido y lo pintado, nada más… Por suerte nos queda su recuerdo para siempre, y por suerte también en cada obra tenemos una nueva oportunidad de vivir una experiencia diferente, de no cometer los mismos errores y de atrevernos a experimentar.

Como un demiurgo creador que organiza sus elementos, el cuadro comienza a moverse, toma vida, se expande en perpetuo y lento movimiento. Y tú solo diriges una enorme orquesta de posibilidades, en la que cada micro-acción genera un resultado diferente. El caos reina y cosas que antes no existían comienzan a crearse de la nada, gracias a las leyes naturales. Pues uno manda en el cuadro lo mismo que un humano en el mundo, lo justo. Estamos en manos de la física y de la química, la gravedad, el magnetismo, los caprichos de la naturaleza… y sobre todo de algo inexplicable: el sentimiento, sin el cual, el arte no tendría sentido.

La obra final es simplemente un camino bien ejecutado, un conjunto de decisiones, acertadas o no, que se tomaron en décimas de segundo atendiendo a la intuición y el subconsciente.

Durante el transcurso suelen ocurrir incidencias, errores no previstos que hacen que descubras senderos por los que no pensabas transitar. Pero si eres capaz de extraer belleza de ellos, te enseñaran mucho más que cualquier autopista conocida, pues a veces el cuadro más bello es un mero accidente inesperado que jamás se volverá a repetir.

El arte somos nosotros mismos. Nuestra manera de expresarnos, nuestros miedos, inquietudes, sentimientos, anhelos, nuestra actitud ante la vida y nuestra forma de interiorizarla. Todo ello expuesto sin filtros a la vista de todo el mundo en forma de colores y manchas.

A veces no hay un porqué para pintar. Tan sólo hay que dejar que todas las casualidades y circunstancias de tu microcosmos se mezclen… reaccionen… y se produzca la magia. Porque a veces es tan sólo eso, creer en algo que aún no existe.

Obras de la exposición