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nº14 Miguel Peidro 33 PIRINEO FRANCES
El otoño de Miguel Peidro
17/04/2015 - 14/05/2015

A partir del próximo 17 de abril tendremos la oportunidad de disfrutar de una exposición individual de Miguel Peidro.

La Naturaleza es un hecho objetivo y el paisaje, derivación de la misma, debemos verlo como la sublimación humana de sus contenidos. Por eso el pintor Miguel Peidro (Alcoy,1960), al que pone de relieve con sus obras que la descripción de los ambientes es un camino ampliamente abierto a la interpretación anímica del entorno. Él, con gran sencillez y verdadera humildad, acostumbra a decir que en sus telas, llenas de luz y de cromatismos, como todo el mundo puede advertir, pinta lo que más le gusta y que cuando deja de lado el paisaje para adentrarse en el estudio de otros temas, tiene la sensación de que se encuentra haciendo cosas que no van plenamente con él. Pienso que esto es cierto en un principio, pero que ahora, cuando se encuentra en la plenitud de su dedicación paisajística, podrá advertir que en los bosques y espacios naturales en los que se adentra, ha ido encontrando, sin advertirlo, muchos aspectos de la intimidad humana. Porque matizando lo que nos explica, la pasión que en él despierta el orden natural de la vida le ha llevado a conectar con el sentido trascendente de la misma y a establecer una verdadera forma de transmitir sus permanentes virtudes. Miguel Peidro ama la norma como guía de conducta y esto da solidez a su obra pictórica. Pero para llegar a ella antes debe sentir el temblor poético del rayo de sol que pasa entre las ramas de los árboles y da diversidad de tonalidades a las hojas. O le es necesaria la integración anímica con la mar, gracias al constante ir y venir de las olas. O captar, así como de paso, sin dejar nunca de caminar, el leve beso del viento que despierta con el día. Sus ojos interpretan lo que ven, pero el resto de los sentidos, siempre despiertos, le permiten dar una amplia representación de lo que es permanente en la memoria y después del disfrute de unos instantes. Y cuando llega a este punto por medio de sus obras, es cuando mejor cumple con su misión de pintor hacia los demás, ya que nos hace partícipes de lo que ha querido conocer y nos ayuda a que sean más factibles las propias formas de mirar.
En este sentido la pintura de Miguel Peidro es plenamente abierta. Ama a las cosas que de tan cono- cidas parecen sencillas y nos hace más fácil el acceso a su complejidad en los conceptos. Y de esta forma también consigue que la presencia humana, aparentemente ausente en sus composiciones, se haga presente de una forma colectiva. Porque en primer lugar está él como pintor, pero también estamos nosotros que nos adentramos por los lugares que nos propone y nos sentimos rodeados por los sentimientos que él ha puesto.

Josep Mª Cadena

Obras de la exposición